En el vertiginoso ritmo de la vida moderna, nos olvidamos de detenernos y simplemente ser. Desde hace un tiempo trato de compartir la importancia de este momento de pausa en nuestra búsqueda de bienestar integral. A veces, la mejor inversión de tiempo es... no hacer nada. ¿Alguna vez te percataste de cómo las ideas más creativas y la claridad mental en general llegan en los momentos de quietud?